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CASA VERDE

Un guardaparque del Noel Kempff Mercado, en pleno patrullaje por el bosque.

Foto: Diego Adriázola.

Desde el Noel Kempff rompen la soledad y el silencio los guardaparques de Bolivia

Los guardianes del Parque Nacional Noel Kempff iniciaron una serie de protestas para exigir mejores condiciones de trabajo, «porque ya no pueden aguantar más». Las medidas generaron una onda expansiva y adhesiones de otras áreas protegidas, instituciones y personas que les han hecho saber que «no están solos».

31 de julio de 2022

Revista Nómadas

La rebelión de los guardaparques del Parque Nacional Noel Kempff Mercado (PNNKM) tiene la fuerza de las olas del río Iténez que protege como una serpiente maternal a este Patrimonio de la Humanidad. De eso están seguros los guardianes de este Parque Nacional, uno de los mejores conservados del planeta, pero, irónicamente, el lugar donde sus guardaparques se consideran desprotegidos por el Estado, abandonados y hasta perseguidos por algunas autoridades y víctimas de una falta de apoyo logístico, a tal punto que deben poner hasta de sus bolsillos el combustible con el que tienen que patrullar por los ríos y llegar hasta sus bases en las entrañas de la selva que mide más de 1.5 millones de hectáreas.

En Bolivia hay 324 guardaparques que vigilan 17.577.200 hectáreas en las 22 áreas protegidas nacionales.

Desde el 26 de julio, el cuerpo de protección del PNNKM, compuesto por 21 guardaparques, dieron una noticia al país: habían tomado la decisión de replegarse en el campamento de Piso Firme, que se declaran en alerta máxima de manera indefinida, que desconocen al director interino, Jorge Flores y que exigen su destitución inmediata. Además, que también invitan al ministro y viceministro de Medioambiente a visitar el Parque para que conozca la dura realidad de cómo laboran en condiciones lamentables y, finalmente, exigen el pago de sueldos y refrigerios atrasados, subsidio de lactancia, equipos y materiales logísticos para trabajar bajo condiciones básicas que merece un ser humano.

La noticia ha causado revuelo nacional y ha viajado más allá de las fronteras, mucho más ahora que estas medidas de presión coinciden con que, hoy domingo 31 de julio, se celebra el Día Mundial del Guardaparque. Sin duda, una jornada en la que más que celebrar, invita a que es necesario conocer cómo viven y trabajan estas personas que son valiosas y sobre las que cae la gran responsabilidad de proteger los pulmones verdes no solo del país, sino, del mundo.

Tras las protestas en el Noel Kempff, se dieron otros brotes de reclamos y adhesiones, como el del Parque Nacional Sajama, ubicado al Noroeste del departamento de Oruro y cuyos guardaparques se declararon en emergencia, debido al retraso en el pago de sus sueldos. Los miembros de la Asociación Boliviana de Guardaparques y Agentes de Conservación (Abolac), que actualmente desempeñan funciones en el Parque Nacional Área Natural de Manejo Integrado Kaa Iya del Gran Chaco, en el departamento de Santa Cruz, manifestaron, mediante una carta pública, su apoyo a la posición asumida por los guardaparques del PNNKM y, entre otros puntos, exigen a las autoridades tomar acciones inmediatas de atención a las áreas protegidas y al derecho de los guardianes de los bosques de Bolivia.

El 19 de julio, la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB), ya había realizado una Asamblea Consultiva extraordinaria, que derivó en la Resolución 003/2022, documento a través del cual manifestaron que se adhieren al pronunciamiento del cuerpo de protección del PNNKM que habían realizado días antes, y de sus comunidades que piden respeto a la madre tierra. También, exigieron, al SERNAP, resolver la problemática de las áreas protegidas, cumplir con los derechos laborales y la logística que necesitan los guardaparques, entre otros puntos.

Santos Mamani Choque, dijo que, “como presidente de la Asociación Boliviana de Guardaparques, Agentes de Conservación (ABOLA), legalmente elegido de acuerdo a los estatutos de la institución, el 9 de noviembre de 2021, da su apoyo total a los guardaparques del PNNKM y que insta a los demás guardaparques y áreas protegidas, a que dejen de un lado las diferencia”.

“Todos los guardaparques, en las diferentes áreas, poco a poco se están sumando con pronunciamientos. También agradezco por el apoyo incondicional que brindaron los de la CIDOB. Hoy, 31 de julio, en Bolivia estamos pasando momentos difíciles, críticos, sin bono de refrigerio que nos adeudan siete meses, y algunos guardaparques, sin salarios”, ha lamentado.

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Los defensores del Noel Kempff, replegados en Piso Firme.

Leonardo Tamburini, director de la organización Oré, está seguro que esta situación difícil para los guardaparques y las áreas protegidas, se ha llegado a partir de un proceso de deterioro gradual y paulatino, que se ha iniciado hace varios años: “Han quitado el tema ambiental de la agenda política nacional. Antes, era una política de Estado, y el Estado, por sí mismo, y a través del apoyo de la cooperación internacional, se hizo posible la generación de áreas protegidas para la conservación, protección y mantenimiento de paisajes y de especies, de ecosistemas que son importantes para la vida”.

Haciendo cálculos, cada uno está al cuidado de aproximadamente 54.250 hectáreas de estas áreas que son el pulmón no solo de Bolivia, sino, del mundo.

Tamburini sostiene que la institucionalidad se ha ido degradando, a partir de la llegada a las instancias púbicas nacionales, departamentales y municipales, de personas que no cuenta con las capacidades o que no están imbuidas de la voluntad política, del mandato del cuidado de la riqueza natural y que de poco han ido flexibilizando las normativas propias de las áreas protegidas. Además, considera que la política de desarrollo energético nacional, apunta a lo contrario que establece la Constitución Política del Estado y recalca que Bolivia tiene una política y modelo de desarrollo que está a contraflecha del mantenimiento de éstas áreas, que en muchos casos son el reservorio de recursos naturales no renovables que el Estado pretende explotar para financiar supuestamente el bien común.

“Se dice que un país que tiene una gran superficie de áreas protegidas, que conserva la representación de sus paisajes, son los más ricos. Pero para el actual modelo de desarrollo de Bolivia, siguen entendiendo de que somos más pobres, porque las pareas boscosas no están desmontadas y degradadas. En la medida en que las Áreas Protegidas vayan cayendo o sus amenazas aumenten, su sistema de control y formas de generar beneficios para las poblaciones que viven dentro, estará en riesgo y se perderán ecosistema y especies únicas y, por tanto, el país se volverá más pobre. Incluso, estas poblaciones, por el grado de desatención, están también empezando a tomar acciones contrarias a la conservación de las mismas”, lamentó.

El director de la organización Oré, propone soluciones: “Hay que modificar la mirada política de desarrollo que se tiene a nivel nacional. Se debe generar una nueva corriente a nivel del Estado nacional y departamental, hacer saber que el mantenimiento y conservación de estas áreas no compiten con el supuesto desarrollo, que son aporte fundamental del desarrollo nacional. En un contexto global de crisis climática, contar con áreas protegidas de estas características coadyuvan a que los sistemas productivos sean exitosos, sobretodo el agropecuario. Lo que se está haciendo, es que, por un lado, la institucionalidad estatal competente no responde, y por otro, se debilita la autoridad de las mismas áreas. Es como se les esté atando las manos, impidiendo que se puedan defender, frente a agresiones letales”.

Cambiando la mirada, Tamburini enfatiza en que se pueden encontrar alianzas a nivel local, departamental, nacional e internacional, puesto que existe una gran preocupación mundial por conservar los últimos pedazos de ecosistema que benefician a la población del planeta.

“Pero Bolivia les está dando la espalda, bloqueando o estigmatizando. Debe haber una apertura hacia la generación de alianzas para que le ayuden al Estado, si es que el Estado está en dificultades económicas para que estas áreas sean conservadas”.

La activista ambiental, Érika Bayá, considera que la situación en las áreas protegidas ha tocado fondo, que el presupuesto boliviano para conservar el patrimonio natural es insuficiente, porque apenas alcanza para los salarios de los guardaparques y personal con contrato fijo, que aproximadamente 100 guardaparques son del Tesoro General de la Nación (TGN), que los otros 200 son eventuales y para ellos el pago sale de la cooperación internacional, que en este momento no ha desembolsado porque seguramente el SERNAP no ha presentado los informes y descargos.

Como lo ha informado Revista Nómadas en un anterior reportaje En Bolivia hay 324 guardaparques que vigilan 17.577.200 hectáreas en las 22 áreas protegidas nacionales. Haciendo cálculos, cada uno está al cuidado de aproximadamente 54.250 hectáreas de estas áreas que son el pulmón no solo de Bolivia, sino, del mundo. Estos guardianes del medio ambiente trabajan con recursos reducidos para combatir los intereses económicos que hay detrás de cada incursión en las diferentes reservas naturales del país. Según testimonios de muchos de ellos, por lo menos la mitad de los guardaparques bolivianos no gozan de beneficios sociales y solo tienen un contrato de trabajo temporal. El pedido de los guardaparques es mejorar sus condiciones laborales: desde un mejor salario hasta el aprovisionamiento de insumos básicos para su trabajo, como gasolina o ropa de campo especial.

Es triste que un país con tanta riqueza natural no priorice un buen monto de sus recursos para conservación y en ese contexto de desprotección absoluta del Estado, los guardaparques del Noel Kempff Mercado han tomado esta medida extrema, inédita, jamás ningún cuerpo de protección se había replegado exigiendo atención”, ha dicho Bayá, que sabe que las distancias en el Noel Kempff son largas, que el área convive con la mafia de narcotraficantes, madereros y otros que ponen en riesgo la vida de los guardaparques y de las familias de las comunidades aledañas.

La diputada nacional, María José Salazar, recuerda que en los últimos días se ha visto cómo los guardaparques de Bolivia han sido arrinconados hasta tomar medidas extremas para defenderse ante el hostigamiento laboral y una serie de irregulares que vulneran sus derechos, como ser maniobras, procesos administrativos absurdos, traslados injustificados, no pago de sueldos y refrigerios, ausencia de beneficios, falta de recursos operativos, infraestructura y condiciones, y que, a pesar de todo aquello, han logrado cumplir sus funciones, incluso a costa de sus propios bolsillos.

“Ante estos abusos y con la finalidad de que sean restituidos los derechos de los guardianes de los bosques, desde el rol parlamentario hemos exigido la renuncia de todos los funcionarios contratados irregularmente en el SERNAP. Es obligatorio que se realice un proceso de concurso de méritos. Se han presentado memoriales solicitando información al Ministerio de Medio Ambiente y Aguas, y en lo que concierne a instrumentos legislativos, se han presentado y se están preparando peticiones de informes escritos, minutas de comunicación, y peticiones de informe oral. Se espera llegar hasta la interpelación del ministro, respecto a la situación de los guardaparques y el estado precario en general de la administración de las áreas protegidas”, ha explicado la diputada Salazar, que también ha informado que, paralelamente, se está preparando una nota al Relator Especial de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y otras organizaciones internacionales.

“Se está viendo que se agote la vía administrativa porque luego corresponden acciones constitucionales. Parlamentarios, ciudadanos, y organizaciones sociales deben sumarse para la denuncia pública al interior del país y a la comunidad internacional. También se han sumado a la causa diferentes fuerzas vivas y plataformas ciudadanas, con quiénes se ha conversado organizar una marcha por distintos temas que conciernen a las áreas protegidas y medio ambiente”, enfatizó la diputada cruceña, que está segura que existe una interdependencia en la triada: áreas protegidas, comunidades indígenas y guardaparques, no se puede pensar en uno sin los otros.

“Es por esa razón, que, durante años, el Gobierno ha aplicado estrategias para cooptar y defenestrar elementos con la finalidad de conseguir sus objetivos extractivistas y expansionistas. No sólo es importante, sino imprescindible, generar condiciones para promover la capacitación en las comunidades para la defensa de estos territorios, como también incentivar el turismo sostenible para dar el «aire» necesario para ahuyentar a los peones de lo ilícito”.

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Los guardaparques exigen apoyo logístico para operar las lanchas, con las que patrullan el área protegida.

Foto: Diego Adriázola.

La diputada nacional, María René Álvarez, ante el pronunciamiento emitido por los guardaparques del Parque Nacional y Área Protegida Noel Kempff Mercado, se adhiere a esa lucha y exige a las autoridades cumplir con los derechos laborales y la dotación de mínimas condiciones a estos guardianes directos del bosque.

El exdefensor del Pueblo de Santa Cruz, Hernán Cabrera, lamenta que, en los últimos tiempos, las áreas protegidas y los parques nacionales hayan sufrido una serie de atropellos de actividades irregulares.

Por ello, Álvarez informó que presentó, el 28 de julio, una Minuta de Comunicación recomendando al Ministerio de Medio Ambiente y Agua y al SERNAP lo siguiente: Realizar una inspección in situ en el Parque Noel Kempff Mercado para ver las condiciones laborales de los guardaparques, gestionar la dotación de equipamiento adecuado a los guardaparques,  realizar convocatorias y procesos correspondientes dentro de la normativa competente para la selección meritocrática del director del PNKM, la reactivación del fondo fiduciario del Proyecto Acción Climática que coadyuve a la sostenibilidad financiera del Parque, gestionar seguros de vida a los guardaparques por la vulnerabilidad y las tareas que implican el resguardo de nuestros bosques frente a la proliferación de peligros como es la minería ilegal, tráfico de madera y tierras, y el narcotráfico.

El exdefensor del Pueblo de Santa Cruz, Hernán Cabrera, lamenta que, en los últimos tiempos, las áreas protegidas y los parques nacionales hayan sufrido una serie de atropellos de actividades irregulares, como el narcotráfico, el contrabando y otras que son respaldadas con decretos y leyes, como la minería y la explotación de hidrocarburos. Además de ello, como denuncian los guardaparques del Parque Noel Kempff Mercado, no están recibiendo el apoyo del Estado para sus actividades de protección, cuidado y defensa de estas áreas; que incluso, trabajan sin seguro de vida, lo cual es preocupante y, por ello, han tomado la decisión de replegarse hasta lograr la atención de los ministerios competentes.

El gobierno tiene un discurso claro de amor y de respeto hacia la Madre Tierra-Pachamama, que desde la Constitución Política del Estado y varias leyes que asumen este compromiso, pero en los hechos es otra la realidad: esa Madre Tierra y sus seres vivos son violados de forma permanente por las instancias gubernamentales y, lamentablemente, ahora, por las acciones irregulares e ilegales del narcotráfico, que ha logrado penetrar y actuar en zonas impenetrables y lejanas, para evitar los controles policiales. Cuánta razón tuvo Eduardo Galeano con su libro La escuela del mundo al revés, que Bolivia es un claro ejemplo de ello”, ha enfatizado Hernán Cabrera.

Suri Cabrera, biólogo y experto en manejo de áreas protegidas, sostiene que el Noel Kempff está abandonada desde hace más de 15 años, no solo por el Gobierno nacional, sino también por la Gobernación que, durante los años anteriores, no ha tenido la voluntad de pedir explicaciones, por el hecho de ser un área protegida de categoría nacional.

“Ahora, la política del SERNAP fue el de eliminar o expulsar a todo personal que haya servido con el Gobierno de transición y, a pesar de que los guardaparques solo cumplen con sus obligaciones, ha comenzado una caza de brujas contra varios de ellos, su objetivo es amedrentarlos para que cumplan ciega y silenciosamente órdenes que están fuera del Reglamento de Áreas Protegidas y del funcionario, quieren introducir personal de sus organizaciones sociales. Para eso necesitan debilitar a los guardaparques”, analizó Suri Cabrera.

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Cambiando la mirada, Tamburini enfatiza en que existe una gran preocupación mundial por conservar los últimos pedazos de ecosistema que benefician a la población del planeta.

El 28 de julio, se supo que el director interino del PNNKM, Jorge Flores, envió una nota interna a los guardaparques que se encuentran realizando las medidas de presión y a través de ese documento, que la dirección del área protegida, en coordinación con el SERNAP, realizaron acciones para solucionar cada una de las demandas que exigen en su manifiesto, como ser el lanzamiento de convocatoria pública para director oficial del Parque Nacional Noel Kempff Mercado, la misma que se encuentra publicada en la página oficial del SERNAP (http://sernap.gob.bo/convocatorias/) y gacetas de prensa nacional.

Flores, también, afirma que las demás exigencias se definirán posterior al proceso de selección del director, bajo cronograma establecido con el comité de gestión, y que, así se establecerá dicha reunión entre el cuerpo de protección, el nuevo director, el comité de gestión y las autoridades que exigen en su manifiesto.

“Es por ello, que, en base al reglamento interno de personal, plan de manejo, sistema de protección, Plan de Manejo Integral, Reglamento General de Áreas Protegidas y la ley 1333, se solicita a todos los integrantes del cuerpo de protección que se encuentran en Piso Firme, replegarse a sus respectivos campamentos, ya que es obligación el cuidado y protección de los límites del área protegida”, afirma el director en el documento que finaliza con el siguiente párrafo: “Por lo tanto, a partir de la fecha, todos los guardaparques deben velar por la integridad del área protegida, siendo pasibles a sanciones establecidas en el reglamento interno de personal y serán sujeto a la determinación de responsabilidad por la función pública de acuerdo a ley 1178.

Los guardaparques del Noel Kempff, le han respondido al director interino Jorge Flores. Entre las partes más sobresalientes de la carta, señala:

“El documento dice que en coordinación con la unidad central del SERNAP han realizado acciones para solucionar cada una de las demandas, sin embargo, no se han tomado la molestia de venir al área protegida para reunirnos y dar respuestas a cada uno de los ocho puntos que pedimos en nuestra Convocatoria. Seguimos esperando al ministro de Medioambiente y Agua, Juan Santos Cruz.

“Dice la carta que una vez se seleccione al director o directora, se definirán el resto de nuestras exigencias. Nosotros no estamos pidiendo exigencias descabelladas, estamos pidiendo condiciones para trabajar, pedimos salarios a tiempo e ítems TGN para todos, refrigerios, porque trabajamos en campamentos alejados, combustible para poder patrullar en motos o lanchas, que nos devuelvan el seguro de vida porque estamos expuestos a riesgos permanentes, pedimos condiciones para poder trabajar dignamente, estamos cansados de poner de nuestro dinero para trabajar, muchas veces quitándoles el pan a nuestras familias”.

Siempre hemos trabajado apegados a las Leyes nacionales, al Reglamento General de Áreas Protegidas, pero vemos que la unidad central incumple estas normas y se hace el cumplidor cuando le conviene para seguirnos procesos, amedrentarnos o cambiar de destino a los jefes de protección a pedido de grupos XXXXX. Vamos a retornar a nuestros puestos de control cuando haya las condiciones laborales”.

La diputada nacional, María José Salazar, en el marco del Día Mundial de los Guardaparques, ha resaltado que, mientras en otros países se valora a estos hombres y mujeres, héroes que custodian los tesoros nacionales, en Bolivia, un país bendecido con recursos naturales y rico en biodiversidad, con motivos suficientes para promover su conservación, se maltrata a estos guardianes por vocación, dejándolos en total indefensión, y con ellos a toda la biodiversidad.

¿Quién cuida a los que nos cuidan el oro verde?”, pregunta , con el objetivo de encontrar respuestas urgentes.

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