CASA VERDE
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El bosque es como un mar verde, fuente vida para el mundo.
2 de abril de 2024
¿Abrumado por las estimaciones de la deforestación, perdida de bosque, incendios forestales y otros indicadores que describen la destrucción de los bosques en Bolivia? ¿Qué mide cada uno de estos indicadores y como interpretarlos? Este texto explica, en sencillo, todos esos temas que a veces parecen tan complejos de comprender.
Stasiek Czaplicki Cabezas
Periodista y economista ambiental
De forma regular se actualizan los indicadores ‘principales’ del avance de la destrucción de los bosques y los ecosistemas no boscosos, sin embargo, no siempre es fácil entender qué nos dicen realmente, o qué no incluyen, como, por ejemplo, los indicadores como los focos de calor y áreas afectadas por incendios, la pérdida de bosque y la deforestación. El siguiente texto pretende aclarar algunas de las dudas que surgen sobre estos indicadores para poder romper las barreras del tecnicismo que los acompaña.
¿Qué es un bosque y qué hay más allá del bosque?
El bosque se define típicamente como un área caracterizada por una cobertura arbórea que supera el 30% de su extensión, como, por ejemplo, el Bosque Seco Chiquitano. En contraste, las áreas naturales con una cobertura arbórea inferior al 30% no se consideran bosques. Se consideran ecosistemas naturales no boscosos o áreas agrícolas o pecuarias con una cobertura arbórea limitada, por ejemplo, los bofedales y los pantanos. Es importante destacar que, si bien los bosques desempeñan funciones ecosistémicas vitales para el clima, los ciclos del agua y otros aspectos ecológicos, los ecosistemas no boscosos son igualmente importantes en términos ecológicos.
Los incendios forestales, imagen macabra de la destrucción.
¿Qué nos dicen las estimaciones de los incendios para Bolivia?
Los tres tipos de usos de suelos principalmente afectados por los incendios son: el bosque, los ecosistemas naturales no boscosos y las áreas agrícolas y pecuarias. Además, los incendios pueden también afectar, pero en menor proporción, áreas no naturales como zonas mineras o urbanas.
Existen dos tipos de indicadores que se usan para medir los incendios, los focos de calor y la superficie afectada. El primero, se refiere a los sitios en los que se ha detectado una temperatura muy alta, lo que indica que hay una alta probabilidad de que se trate de un incendio. Sin embargo, los focos de calor también pueden ser confundidos con superficies altamente reflectivas, como espejos de agua o superficies metálicas. Por lo tanto, es un indicador aproximativo, o un proxy, y hay que tomarlo con mucha cautela. El segundo se refiere al resultado directo del incendio, y, por lo tanto, se trata de un indicador más certero, aunque solo se lo puede estimar de forma certera una vez que el incendio cese.
El bosque se define típicamente como un área caracterizada por una cobertura arbórea que supera el 30% de su extensión, como, por ejemplo, el Bosque Seco Chiquitano.
¿Qué se entiende por perdida de bosque y deforestación?
Típicamente, los dos indicadores más usados son la pérdida de bosque y la deforestación. Ambos miden fenómenos diferentes. La deforestación se refiere a la tala o conversión de un bosque para un uso de suelo que no es natural, como la agricultura, ganadería, minería y urbanización. En cambio, la pérdida de bosque incorpora la deforestación e incluye la degradación natural o mediante incendios de áreas boscosas, sin que aquellas áreas tengan algún tipo de transformación de uso de suelos. En otras palabras, cuando un bosque es incendiado, pero que posteriormente sus suelos no son usados y, por ende, entra en un proceso de regeneración natural.
En ese sentido, de forma general es más certero analizar los datos de pérdida de bosque y no los de la deforestación, ya que esa última oculta una parte importante de la destrucción del bosque que es convertido en ecosistemas natural no boscosos y, posteriormente, convertido pare el uso agrícola o pecuario. Por ejemplo, un área de bosque incendiada, será siempre contabilizada como perdida de bosque, pero si es convertida a uso agropecuaria recién muchos años después, no será contabilizada como deforestación. Sin embargo, el concepto de deforestación ha ganado en popularidad, porque permite evitar de contabilizar la perdida de bosque que se espere que en décadas pueda volver a regenerarse.
¿Dónde se puede acceder dicha información?
Vale la pena aclarar, que efectivamente, existe una fuente de información oficial de la deforestación que proviene de la Autoridad Bosques y Tierra de Bolivia, pero no se la recomienda, dado que el mismo Gobierno no la usa en sus reportes oficiales internacionales, por lo que carecen —según diversas fuentes— de credibilidad.
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[1] En términos de Bioma, las estimaciones de Mapbiomas Bolivia nos indican que desde 2016 y el inicio de la aceleración del auge de la perdida de bosque en Bolivia, efectivamente el Chaco y la Chiquitania son los más afectados por la pérdida de bosque, aunque desde 2019 con mayor preponderancia en la Chiquitania. Sin embargo, cuando se toma en cuenta la perdida de ecosistemas naturales no boscosos en la última década para la cual se cuenta datos (2012-2021) la Amazonia es el bioma más afectado por la pérdida de bosque y ecosistema naturales no boscosos.
Te contamos desde el interior de los escenarios de la realidad, iluminados por el faro de la agenda propia, el texto bien labrado y la riqueza poética del audiovisual y de la narrativa sonora, combinaciones perfectas para sentir el corazón del medioambiente y de los anónimos del Planeta.