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CASA VERDE

Marcelino Apurani exige soluciones al problema causado por el puente.

Foto: Revista Nómadas

«Los que autorizaron el puente y los que lo construyeron, son unos criminales»

Marcelino Apurani Charico

Guaraní de Alto Isoso

Asegura que todos los logros del pueblo guaraní que costaron sangre y vida, están en peligro con la afectación de los Bañados del Isoso y la presión que ejerce la deforestación sobre el Parque Kaa Iya.

1 de febrero de 2022

Revista Nómadas

Marcelino Apurani Charico está dispuesto a desahogarse. Dirá que los últimos años no han sido fáciles para el pueblo guaraní que habita en el Isoso del departamento de Santa Cruz, Bolivia. La construcción, sin permiso ni estudios de impacto ambiental, de un puente de 150 metros sobre el río Parapetí, por una colonia de menonitas, desnuda una crisis interna a nivel de liderazgos que está erosionando las luchas legendarias de los indígenas de tierras bajas de esta parte del país. Eso —entre otras cosas— dirá Marcelino Apurani en esta entrevista. A sus casi 70 años de edad, tiene el alma curtida con batallas de otros tiempos, cuando, junto a otros combatientes de su época y a varias instituciones, ayudaron a conseguir que los derechos sobre el territorio tengan un marco legal, que los Bañados del Isoso consigan la mirada internacional de protección y que gran parte del bosque seco chaqueño sea catalogado como Parque Nacional y Área Nacional de Manejo Integrado bajo el nombre de Kaa Iya, que en lengua guaraní quiere decir Amo del monte.

Ahora, sentado a la sombra magistral del árbol de ciruelo nativo, lo primero que dirá será que es hijo de Ramón Apurani y Melchora Charico, que es habitante de la comunidad de Copere de Alto Isoso y que fue propulsor de proyectos y logros que se consiguieron hasta hace 15 años.

Si no se tumba el puente, seguirá siendo un peligro para el bosque y los isoseños.

– ¿Qué opina del puente clandestino que atraviesa el río Parapetí y que fue construido por los menonitas de Cuarirenda, sin ninguna autorización escrita ni estudio de impacto ambiental?

– La construcción del puente clandestino sobre el río Parapetí es un atentado criminal en contra del pueblo guaraní, de los Bañados de Isoso que son sitio RAMSAR y del Parque Nacional y ANMI Kaa Iya del Gran Chaco. Toda esa zona no es reservorio solo de la cultura de mi pueblo, sino también de los recursos naturales que son el pulmón del planeta. En resumen, esa obra que construyeron los menonitas, es un golpe duro a la vida.

Quiero recordar que las cosas que se han logrado para proteger al bosque chaqueño no han sido fáciles, ni de la noche a la mañana. Mis antepasados, mis tatarabuelos, mis abuelos, mis padres, mi persona y muchos otros, hemos luchado por la conservación de nuestra identidad y hábitat, a pesar de todas las intenciones de desalojo que sufrimos. Nuestros antepasados, desde antes de la fundación de Bolivia, ya libraban luchas en defensa del pueblo indígena.

Isoso es uno de los impulsores de varios proyectos de ley, y yo, junto a otros, fui actor de esas luchas. En los años 90 se logró conseguir la promulgación de la ley de garantías y tenencia de nuestro territorio. Se consiguió, con el gran trabajo del capitán, grande Bonifacio Barrientos, QEPD. No era suficiente esa ley para tener garantías sobre la expansión acelerada de la frontera agrícola. Por eso es que se luchó para que en 1995 se declare Parque Nacional al Kaa Iya, como un escudo de protección para el pueblo isoseño.

El Parque Kaa Iya y los Bañados de Isoso no solo benefician a los guaraníes. Son el pulmón de Bolivia, la base fundamental de la vida, del agua, de los árboles, de los animales, del pueblo guaraní y de los indígenas ayoreos no contactados que serán los primeros en caer. Los culpables, se pasaron por encima las leyes bolivianas y las convenciones internacionales.

– ¿Quiénes son los culpables?

– Han sido utilizadas algunas personas de Isoso, no puedo decir ingenuos, sino, corruptos, que han dado luz verde a la construcción del puente, bajo la excusa de desarrollo para el pueblo isoseño. Este puente beneficiará solo a los menonas porque las comunidades que están en la banda del río, están lejos, a varios kilómetros de distancia.

Yo no estoy en desacuerdo de que exista un puente, pero el que han hecho los menonos es una trampa, está en el área que fue declarado área de amortiguamiento del bosque y está identificado como sitio sagrado para ingresar al interior de nuestro hábitat. Lo que se está haciendo no tiene precio. Ahora, el término resarcimiento y compensación no devuelve la vida ecológica de la zona, porque esto es irreversible. Estamos en una situación crítica en la administración del Estado. Yo creo en las leyes, soy respetuoso, pero no creo en los administradores de la justicia.

El Parque Kaa Iya, los Bañados de Isoso y el sitio RAMSAR son el resultado de mucho trabajo. Me acuerdo que años antes ya se estaban loteando toda esa zona. Hemos anulado, en esos años, por lo menos 10 supuestos títulos de propiedad que estaban queriendo adueñarse de nuestro territorio. Si antes hemos logrado expulsar a los enemigos de nuestro territorio, ¿ahora por qué no vamos a poder hacerlo? Claro que sí.

A estos criminales hay que ponerles coto. Tienen que pagar lo que han hecho. Hay que buscar un mecanismo legal sobre el manejo del sistema medioambiental. La tierra isoseña no tiene precio. No es con un proyecto de desarrollo agrícola, ni con mil, ni con un millón de dólares que van a poder hacer lo que quieran. Esta tierra costó sangre y vida. Tenemos dos mártires en nuestra historia. Fue asesinado Sosori Iyambae y fue fusilado el capitán grande Casiano Barrientos.

Las autoridades indígenas de Charagua, desde el principio de la construcción del puente, tenían que hacer aplicar todas las normas del medioambiente. El gobierno departamental y el nacional tenían que asumir la responsabilidad y no lo hicieron. Pido ayuda a la cooperación internacional, a los ambientalistas, a los conservacionistas, para defender el Isoso y frenar esta acción criminal.

Lamenta que varias comunidades de Isoso no estén informadas con lo que está pasando realmente.

Foto: Revista Nómadas

– ¿Qué está pasando en el interior de la autonomía indígena y dirigencial?

– Isoso está pasando por una etapa crítica de su organización, lo mismo que pasó durante la Guerra del Chaco, cuando fusilaron a Casiano Barrientos. Nuestra organización está sin cabeza, no tiene líder ni autoridad natural. Muchos jóvenes se han prostituido cultural, moral y económicamente. A cualquier precio están queriendo rifar la tierra que a ellos no les ha costado.

Han sido utilizadas algunas personas de Isoso, no puedo decir ingenuas, sino, corruptas, que han dado luz verde a la construcción del puente.

– ¿Quiénes son esos a los que usted llama de criminales?

– Son varios. Los que autorizaron el puente son unos criminales, también los menonitas que están desmontando cerca del Kaa Iya. A los menonitas hay que pararlos, cueste lo que cueste, porque son depredadores infernales. De una vez por todas tienen que entender que solo de la plata no se puede vivir, sino de los recursos naturales. Ellos están atentando contra el pueblo isoseño, el agua, la pesca, la medicina natural. Cada árbol, cada ser vivo tiene un valor y ese valor no es el dinero.

– En el seno de la dirigencia de los guaraníes, ¿cómo se está manejando este tema?

– No hay autoridad en el Isoso. Desde la muerte de Bonifacio Barrientos Cuellar, no hay un sucesor sólido. Han proliferado los dirigentes autonombrados que luchan por sus beneficios personales o grupales y muchos están metidos en tráficos de tierras. Son pseudo (falsos) capitanes grandes. No son autoridades naturales legítimas. Ellos son los autores criminales de esto. El territorio no es de ellos. Somos más de 40.000 habitantes en el Isoso.

– ¿Ha corrido dinero? ¿Cree que los menonitas pagaron a algunos dirigentes para que les dejen construir el puente?

– Sin duda que sí. Hay pruebas en otro sector y no puede ser diferente en este lado.

– ¿Qué dicen las bases, es decir, el pueblo guaraní de Isoso?

– Sé que hay divergencias y también desconocimiento de lo que está pasando. Hace poco, una hermana indígena, ya de edad, me contó que los familiares de Oscar Ortiz, vendieron su propiedad de Cuarirenda, que se encuentra en la banda del río, a los menonitas. Ahora, con la construcción del puente y el reportaje que hizo Revista Nómadas, queda confirmado que eso era cierto. Pero hay algo que Bolivia debe saber. Esa supuesta propiedad que vendieron los Ortiz a los menonas, en realidad no existe, porque está dentro de la Tierra Comunaria de Origen (TCO). Es decir, es del pueblo isoseño.

Marcelino dice que la deforestación en la colonia Cuarirenda deja heridas irreversibles.

Foto: Revista Nómadas

– Entones, ¿cómo es que logran vender esas tierras?

– Eso es lo que hay que averiguar. El INRA deben aclarar este tema. En ese predio, no había nada, solo árboles y vida silvestre. Esa es la prueba que no existían mejoras en la zona.

– ¿Pero esto fue validado por el INRA?

– Por eso, el INRA tiene que responder a esa pregunta lo antes posible.

– ¿Los menonitas saben que esa tierra, como dice usted, están dentro de la TCO?

– A ellos no les interesa la situación legal. No es la primera vez. En Charagua hay varias colonias con ese problema. Ellos actúan así. El tema es que ahora ya entraron al corazón del Isoso y que ya deforestaron más de 2.000 hectáreas.

– ¿Cree que la ABT les dio autorización para deforestar?

– EL INRA y ABT son la misma cosa. Las autorizaciones que dan generan muchas dudas. Son instituciones que están mal administradas.

– ¿Qué harán los habitantes de Isoso en el corto y mediano plazo?

– La gente, mis hermanos guaraníes, tienen que tener toda la información de lo que está pasando respecto al puente y al predio de Cuarirenda. Una vez sepan la verdad, estoy seguro que van a reaccionar y van a salir de este letargo en el que les han metido los dirigentes. Hay que restaurar la estructura orgánica de Isoso, como era antes. Tiene que haber un solo capitán con sus dos colaboradores. Ahora hay hasta seis cabezas. Eso solo nos divide y por eso hasta se han metido los políticos en esta zona. Casi la mayoría de los dirigentes están comprometidos con el MAS.

Hay que decir la verdad al pueblo. Con esto del puente, hay que aprovechar para que cambien las cosas, que nos reunifiquemos y nos libremos de la lacra de la corrupción de los seudo dirigentes que dañan a la selva y a las personas.

– ¿La autónoma indígena está dando resultado?

– Hemos sido autónomos siempre, hasta el 2005. Ahora solo hay una autonomía enunciativa.

– ¿Qué decisión deben tomar las autoridades, tanto sobre el puente como con el predio de los menonitas en Cuarirenda?

– Esas tierras en la que están los menonitas son de los isoseños. Se las tienen que recuperar. Se tiene que desalojarlos. Los menonas tienen que buscarse en otro lado. Los gobiernos en su instancia nacional, departamental y local tienen que tomar esas decisiones.

Sobre el puente, no es útil para comunidad en el lugar donde lo construyeron porque va directo a la colonia de los menonas y queda lejos de los pueblos de Isoso.  De lo contrario, si se queda donde está, el puente seguirá siendo un peligro para el bosque. El puente tiene que caer.

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El reportaje de investigación: “El puente clandestino de los menonitas lleva la deforestación a los Bañados de Isoso y amenaza al Kaa Iya”, generó críticas a los poderes políticos de Bolivia, que han enviado comisiones para indagar cómo es que se construyó una plataforma, sin permiso y “de la noche a la mañana”.

El profesional, considera que tampoco se puede asegurar que la obra no tendrá impacto ambiental sobre el ecosistema que fue construido.

Más de 200 familias de menonitas compraron 14.400 hectáreas de bosque en los Bañados de Isoso que colindan con el área protegida nacional. Para deforestarlas, construyeron en silencio, sin autorización del Gobierno ni estudio sobre el impacto ambiental, un puente de 150 metros de largo sobre el río Parapetí, que les costó medio millón de dólares. Ya metieron 15 orugas y deforestaron 3.000 hectáreas.

El Bajo Paraguá es Reserva Forestal, Área Protegida Municipal y Tierra Fiscal no Disponible. En teoría, tres corazas legales que lo deberían proteger contra todo atentado que lastime el bosque y su ecosistema. Pero en Bolivia, a pesar de que el INRA confirmó que negó 59 solicitudes de dotaciones de tierras, los avasallamientos siguen y la deforestación avanza.

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